Hola mis queridísimos viajeros. Ya era hora de tirar para mi tierra, y es que ¿por qué no presumir de las ciudades de mi país si son las mejores? Así es, hoy nos vamos directos a Castilla y León. En esta ciudad si que tengo experiencia propia de verdad, pues la visité el verano pasado y podré describir tal y como yo viví este increíble viaje.
Como siempre, empezaremos con un poquito de historia de esta ciudad que se encuentra al pie de la Sierra de Guadarrama.
Esta villa es tan antigua como impresionante, ya que Segovia remonta a hace unos 60.000 años de antigüedad. Con este inmenso numero, como es lógico los primeros que ocuparon esta tierra fueron los Neardentales. Cuando los musulmanes ocuparon la península se cree, que la ciudad fue abandonada pero que tras la recuperación cristiana por Alfonso IV de Castilla y León, Segovia se convirtió en una ciudad súper importante.
En el final de la Edad Media, Segovia desarrolla una importante arquitectura gótica y se establece como corte de los Reyes de Trastámara. Alfonso X ya había elegido el alcázar que se encuentra en la villa como residencia real. Otro de los hechos mas importantes que se organizó en esta importante ciudad del centro de la península fue la coronación de la Reina Isabel la Católica en la iglesia de San Miguel el 13 de Diciembre de 1474.
En 1764 se inauguró en Segovia el primer Real Colegio de Artillería, esta reliquia aun sigue en la ciudad, y se puede visitar en Segovia, lo que queda porque muchas de las cosas fueron saqueadas durante la guerra de Independencia Española.
Solo 90 kilómetros de distancia separan de Madrid a una de las ciudades mas bonitas en mi opinión por no decir la mas bonita. La verdad es que desde siempre me gustó viajar, pero mientras no viajaba de verdad, viajaba por Internet, leyendo historia, informándome sobre las culturas y costumbres en las diferentes regiones y sobre todo, viendo vídeos y fotos. Antes de viajar a Segovia, ya la conocía entera. Antaño me hablaron de ella, y desde entonces me gustó. A través de las imágenes veía, esa gran alcázar que se dibujaba en el paisaje que había servido de hogar para tantos monarcas, veía también la Catedral de Segovia, esa Catedral justo en medio de la ciudad tan inmensa y luminosa, y por supuesto también veía sorprendida en la pantalla el inmenso acueducto romano que se alzaba de la nada y lo ocupaba todo. Parecía que ya lo había visto todo, que era una ciudad rica en patrimonio como lo podía ser cualquier otra, ingenua yo, como tantas otras personas que hayan visitado esta ciudad, al pensar que era eso, solo una ciudad con pasado...
Aún recuerdo con todo lujo de detalles el preciso momento cuando yo, emocionada, me encontré con el sabio, antiguo, conocedor de tantas culturas e inmortal Acueducto, me quedé petrificada en el sitio, pues no podía imaginar lo que veía. En ese momento estaba en una calle repleta de bares y tiendas que llegaba a la gran plaza donde se encuentra el Acueducto, todo a mi alrededor parecía detenerse. Mientras iba caminando, el Acueducto Romano se iba agrandando cada vez mas y mas. Cuando llegué tan cerca de él que tenia que mirar hacia arriba para verlo me sentí incluso insignificante, nada. ¿ Cómo te vas a sentir si no ante un monumento de esa liga, tan bello, tan grande y tan antiguo ? Bueno, en realidad si puedes sentirte de alguna manera, privilegiada.
Como sabrán no lo pienso solo yo, si no todo mundo que va a visitarlo en Segovia ya que se llevan una gran sorpresa pues no es en absoluto ni una mínima parte de bello y grandioso en las fotos a como lo ves en vivo y en directo. Tanto es así que lo consideraron Patrimonio de la Humanidad en el año 1985, pero no solo al Acueducto Romano sino a la ciudad entera y no es para menos, parece en esta ciudad que no ha pasado el tiempo en sus calles, en sus edificios, en sus monumento... Solo parece que sus habitantes, cansados de los antiguos ropajes y las incomodas armaduras, decidieron cambiarlas por ropa mas moderna, pero nada mas.
Después de comer, es una hora perfecta para pasear por Segovia, ya que en verano suelen haber temperaturas ligeras y las calles estas muy tranquilas ya que al ser una ciudad tan pequeñita no hay alboroto de gente en las calles casi nunca.
Hay una cosa típica que hacen a la hora de comer. El plato estrella en Segovia en el cochinillo asado, que si vais a Segovia sí o sí tenéis que probarlo, y mejor que sea en el Duque o en el Cándido que son los mas antiguos y los que tienen la mejor fama. Allí te muestran el cochinillo entero, y con un plato y un movimiento ágil imposible de imitar cortan el cochinillo en perfectos pedazos. Seguidamente rompen el plato estrellándolo contra el suelo, es una pasada verlo, y por supuesto comerlo.
No te puedes ir de Segovia sin antes visitar la hermosa Catedral de Segovia, sin pasear por sus callejuelas llamadas la judería, sus preciosos portones de acceso a la ciudad y por supuesto visitar muy lentamente la Real Alcázar, cuando la veáis descubriréis porque los monarcas de antaño le tenían tanta devoción y es que es tan inmaculada, tan grande y tan digna de reyes que es imposible resistirse. Todo en ella, tanto por dentro como por fuera es tan antiguo como admirable. Desde ella, con sus increíbles vistas al rió y a los alrededores, pues se encuentra al borde de la ciudad, se puede observar la ciudad con todo lujo de detalles, y también las diferentes iglesias que se encuentran alrededor.
Inhala todo el ambiente de Segovia, que aunque por la noche no haya mucho movimiento de gente por la calle, tiene un sabor especial, tiene un sabor a viajar mil o dos mil años atrás. Y puedes quedarte casi dormida en unas escaleras en la Plaza donde se encuentra la Iglesia de San Martín, al son de los acordes de un embriagador piano, soñando, ajeno a todo, ajeno incluso a esos ya lejanos acordes...
Volviendo a la realidad, os obligo una semana mas a ver Segovia, esta vez no hay excusas pues no está tan lejos y no puede marcharse sin ver todos estos sitios que les he mostrado y tantos otros que me faltan como la Iglesia de la Vera Cruz, un viejo tesoro de los templarios, o el Monasterio de El Parral. O por último y no menos importante La Granja de San Indefenso, municipio donde ver un precioso palacio real que solo se encuentra a 12 kilómetros de Segovia, camino donde puedes admirar los paisajes, que parece que en cualquier momento van a aparecer los Reyes Católicos a galope encimas de unos hermosos corceles.
Bueno, aquí termina mi exposición, esperando una semana mas haberos gustado y convencido de hacer realidad los destinos de mi blog. Me despido con lo mas preciados que me queda de Segovia, las fotos y un antiguo lema, que se creó por estas tierras segovianas:
" Tanto monta, monta tanto, la Reina Isabel como Fernando "
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Buenas tardes mis querido trotamundos, la semana pasada no pude subir ninguna entrada ya que estaba enferma, pero hoy os traigo un paisaje, una ciudad y un encanto que mas bien se podría decir que hablamos de un cuento, y no es para menos pues las fotografías de la ciudad bien se podrían confundir con un dibujo o con la portada de un cuento de fantasía.
Pronto me daréis la razón, pero antes os hablo un poco de ella.
La ciudad anteriormente mencionada se llama Colmar y se encuentra en Francia, en la región de Alsacia, mas concretamente en el departamento del Alto Rin. Esta ciudad esta situada en plena ruta del vino que se encuentra en Alsacia, la cual es muy conocida, por ello, Colmar tiene una vez al año una excelente feria de vinos.
Lo mas destacado de esta ciudad, y por lo tanto de lo que hoy vamos a hablar aquí, es su casco histórico, que se conserva perfectamente. Parece que para esta preciosa ciudad no ha pasado el tiempo.
Esta ciudad ha cambiado de manos muchas veces y ha pasado de no ser importante a serlo en mas de una ocasión. La localidad ya existía en la época de los romanos. Ya con Carlomagno pertenecía al Columbarios, que era un sitio que frecuentaban los altos mandatarios y los emperadores.
Desde principios del siglo XIII, era considerada Ciudad Imperial bajo el mando de Federico II.
Tras ser dominada por los suecos, pasó a manos de los franceses hasta que Napoleón murió, cuando esto paso, pasó a ser dominio Alemán hasta la Primera Guerra Mundial. En la Segunda Guerra Mundial volvió a ser dominada por los Alemanes, esto acabó, a la misma vez que la guerra, cuando Colmar volvió a ser posesión de Francia, y así a sido hasta nuestros días.
Una de las mejores cosas que tiene Colmar es que no varía mucho el tiempo cuando cambia de estación, es decir que no hace ni mucho frío ni mucho calor, con lo cual es imposible no tener tiempo para visitar esta ciudad, porque cualquier momento es bueno para ello. En navidad, esta ciudad es digna de postal con los tejados cubiertos por una capa de nieve. En verano hay temperaturas suaves. En otoño te regala un lindo color oro. Y en primavera, estación propia de los viñedos, se llena todo de luz y color debido a las flores de uva y al paisaje coloreado. Tienes muy pocas posibilidades de que llueva por lo tanto es bonita de visitar cualquier día del año.
Tal y como os he comentado antes. ¿Esto que os muestro a la izquierda es un cuadro o una fotografía? Si, es una fotografía pero por poco, por que esta variedad de colores tan fuertes y alegres bien podían ser la imagen de cualquier película de princesas.
En el río que hay debajo de este florido puente se navega por unas embarcaciones muy pequeñas que se parecen mucho a las góndolas de Venecia, aún más romántico si cabe.
El 14 de febrero ya ha pasado, pero viendo estas imágenes seria precioso pasar un día como ese visitando esta romántica ciudad.
El casco histórico cuenta con edificios, que a pesar de que han pasado siglos desde su construcción no se nota nada el paso del tiempo. Algunos de estos edificios son de estilo Gótico alemán y otros de principios del Renacimiento. Un ejemplo es la iglesia de la colegiata de San Martín que es la mas famosa.
Esta ciudad cuenta también con ciertos patrimonios artísticos bastantes importantes como es la obra maestra del pintor Martín Schoungauer, la obra llamada La Virgen de las Rosas data del siglo XV y se encuentra en la iglesia de los dominicos.
Otro tesoro es el retablo de Isemheimque se encuentra en el Museo de Unterlinden, este museo se abrió en el año 1853.
Un dato bastante curioso es que en esta maravillosa ciudad nació en 1834 el creador de la estatua de la libertad que se encuentra en Nueva York.
Os recomiendo que veáis el vídeo, lo muestra todo sobre la ciudad a la perfección, en todas las épocas del año, esta ciudad me ha cautivado, y espero que también os haya cautivado a vosotros, au revoir !!!